Por Belén Ferreyra
En el marco del Ela Joga Capoeira 2015, el pasado viernes 29 de mayo, se llevó a cabo un conversatorio sobre la violencia sexual contra la mujer y la equidad de género en la capoeira; la charla estuvo muy interesante ya que en ella –tanto hombres como mujeres–pudimos compartir experiencias sobre el tema y llegar a algunas conclusiones al respecto.
La famosa frase de la escritora Simone de Beauvoir «la mujer no nace, se hace», es bastante significativa en el contexto de esta temática, ya que como mujeres capoeiristas nos estamos construyendo en esta disciplina en relación con los hombres y con las experiencias que compartimos en conjunto; no se trata de ejercer poder sobre los hombres, se trata de tener poder sobre nosotras mismas para saber hablar las cosas que nos incomodan y así poder construir una comunidad de capoeiristas más equitativa.
Hay que tener en cuenta que la incorporación, el crecimiento y el empoderamiento de la mujer en la capoeira –como si fuera un reflejo de nuestra sociedad– ha sido un proceso largo, difícil y muchas veces poco agradable; el ganarse un lugar propio en esta disciplina ha llevado a que muchas mujeres han tenido que experimentar situaciones de rechazo, violencia o acoso por parte de algunos hombres[1]. Si bien la génesis de la capoeira es claramente masculina –como práctica de defensa por los esclavos africanos en Brasil– se considera la década de los cuarentas cuando la mujer empezó a formar parte de ella.
Aunque no existen registros exactos, se menciona que algunas mujeres de Mestre Bimba eran también sus alumnas, por lo que ellas fueron quienes sentaron el precedente de la inclusión del género femenino en la capoeira a partir de los años cuarenta; esto es importante mencionar porque significa que tiene relativamente poco tiempo que las mujeres podemos sentirnos partícipes y podemos aportar a esta disciplina, lo que no quita que el día de hoy seamos de suma importancia en ella.
Es importante generar alianzas entre nosotras y con nuestros compañeros, para poder sentir la libertad de hablar sobre aquello que nos pueda incomodar o incluso hacer público cualquier evento de agresión o falta de respeto; también es importante saber que podemos contar con nuestro Mestre y con nuestra Contra Mestre para poder hablar con ellos en caso de que se llegara a presentar alguna situación de violencia o falta de respeto; la práctica del respeto y la equidad de género es un trabajo constante que como familia Longe do Mar tenemos el derecho y la responsabilidad de realizar.
Para finalizar queda como reflexión el pensar que si la capoeira nació como una forma de expresión y lucha contra la opresión y búsqueda de la libertad, la lógica simple sería seguir en el camino de dicha búsqueda y rendirle honor a su esencia, para lo que el respeto, inclusión y legitimación de los aportes y conocimientos de las mujeres, resulta fundamental.
[1] En este sentido no se puede generalizar, ya que no todos los hombres capoeiristas han actuado o actúan de manera machista, ni todas las mujeres han sufrido algún tipo de violencia en la capoeira; pero definitivamente si han existido casos que hacen de este tema importante de mencionar.