Dafne González Solís, Dandara, Malagueta
Río de Janeiro, Brasil, Febrero 2016
Hoy es dos de febrero día de Yemanjá, la Santa Concepción, Dona Janaina, Inâe, la Princesa de Aioca, la orixá del mar. Los cortejos de personas vestidas de blanco en Río de Janeiro, comenzaron desde las siete de la mañana. Todos caminan con un mismo rumbo: el mar. Sin embargo, y tal vez irónicamente, mi pensamiento me lleva Longe do Mar, a mi querido México.
Mi nombre es Dafne y he practicado capoeira los últimos diez años de mi vida. A ésta la conocí interpretada, practicada y recreada por mexicanos en el grupo de capoeira Longe do Mar.
Hoy vivo en Brasil, y la capoeira me ha llevado de la mano, como aquel hilo de Ariadna, dentro del laberinto de emociones de esta nueva etapa de mi vida; en este fascinante país, del cual me enamoré a través de una ventana que se abrió lejos del mar. Entreno y formo parte del grupo Alunos de Mestre Marrom en Río de Janeiro, con M. Ferradura, quien ha sido una verdadera inspiración, pues ha logrado construir una comunidad basada en la autonomía de aprendizaje de la capoeira con una propuesta inclusiva. Estudiar su metodología y convivir dentro de la comunidad ha sido una experiencia maravillosa que incluye la participación activa y creativa de todos los que intervienen en su clase. Visitar academias y rodas en Río de Janeiro, Salvador, São Paulo y otras ciudades me ha hecho entender la gran diversidad de recontextualizaciones que continúan dando inspiración para aprender este bello arte, ahora patrimonio de la humanidad.
Viendo los cortejos de Yemanjá, me invade un pensamiento de añoranza, la pasión por las expresiones afrobrasileñas que me une a Longe do mar se revelan como híbridos que van construyendo diálogos con la realidad mexicana y los saberes de una tradición de cientos de años.
La capoeira no es “pura”, ha sufrido tantas transformaciones que sus historiadores, mestres y practicantes aún no coinciden en delimitar sus orígenes; cuál es la verdadera expresión y cómo debe de practicarse este arte que integra lucha, danza, música, historia, filosofía dentro de una bella tradición. Paradójicamente, esta expresión es tan ambigua como tangible y logra inundarlo todo. Desde lo que se respira en comunidad y llega a ser “todo lo que la boca come” según M. Pastinha, a como, de acuerdo a M. Suassuna, la unidad que proviene de que la “Capoeira es una sola”.
Gran parte de su belleza proviene de que es una tradición oral, casi onírica. Un sueño que parece haberse convertido en realidad. La historia de la capoeira comienza con un hecho, que más parece la afirmación de una manera de ver el mundo: regresar a los orígenes, dentro del periodo de esclavitud, para recrear un arte. En Ouro Verde, con M. Azulão Baiano, M. Cabelo y M. Tisza, escuché de ellos que la capoeira era conocida como la mata en la cual se adentraban los esclavos cuando escapaban de los señores de las haciendas y, dentro de esa mata, tan llenas de vida como amenazantes de muerte, encontraban un pedazo de territorio en donde podían regresar al modo de vida que tenían antes de ser privados de su libertad.
A mi parecer el hecho de basarse en el imaginario de la libertad, creó la capoeira como una pincelada de poesía, una narración tan fuerte que significó la preservación de un pueblo, en medio del sufrimiento que trajo este periodo, donde hombres y mujeres provenientes de etnias, lugares e idiomas diferentes, eran reducidos a mercaderías. Dentro de la opresión, la idea de libertad se convierte en un sueño y la capoeira en su realidad tangible.
En los últimos meses, he visto como la libertad ejercida por los creadores de este arte subyace a la capoeira. He escuchado cómo grandes Mestres como Bocarrica, Morães, Nenel y Boa Gente, luchaban por mantener lo que concebían como lo “original”, por lo menos en Salvador; ya que en Río de Janeiro la Roda de Caxias y en São Paulo la Roda da Praça da República definen lo “original” de una manera diferente. En suma, concuerdo con Rodrigo Souza en que la capoeira es como una lógica que ha sido influenciada por múltiples contingencias que envuelven el espacio donde se ha desenvuelto este arte. Con esto, quiero decir que cada casa es un universo donde se van construyendo miradas que nos gusta llamar de verdad, y que van creando códigos y definiendo reglas; se estudia el pasado para vivir el presente y crear el futuro.
Me resulta maravilloso el desarrollo que ha logrado la capoeira, cómo ha logrado desafiar lo imposible en términos de agilidad y destreza, como lo pude presenciar en el Capoeirando —un evento organizado por M. Suassuna; con los niños prodigio de M. Cabello; con las obras de teatro en un pueblo de pescadores en Curumuxatiba y con las pandillas de niños de la calle que entrenan con M. Ferradura.
La capacidad de transformación de la capoeira continúa asombrándome a diferentes niveles. Actualmente sus practicantes salen a las calles con el estandarte de la representación cultural de una parte de la población que ha sido excluida, creando personajes de cambio que trascienden la capoeira —como en el caso de M. Cobra Mansa o las alumnas de M. Claudio, quienes utilizan la capoeira como punto de partida para hablar de las mujeres en la sociedad brasileña con una propuesta epistemológica basada en las religiones afrobrasileñas— y la regresan a la fuerza política que tuvo en el Río de Janeiro que inventó el Carnaval de Pasarela. Me llena de esperanza ver a quienes llevan su lucha dentro y fuera de su terreno de libertad: la roda.
Durante los años que la he practicado, he visto cómo mi cuerpo ha adquirido fuerza y destreza para hacer cosas que en un principio me parecían sobrehumanas; también experimenté como mi interés por este arte iba creciendo y enfocándose en la fase dancística de la misma, lo que me llevó por caminos de exploración y decisiones que hoy en día han ido conformando lo que soy, no sólo como capoeirista, sino profesionalmente y a nivel personal. Pero lo que me llama más la atención es cómo este arte ha logrado formar comunidades. David Contreras (Prof. Biriba Branca) señala que la capoeira por sí misma tiene ese potencial pues “el valor de la cooperación frente a la competencia se hace evidente dentro del juego de parejas, donde es indispensable armonizar con el otro. Longe do Mar, unifica una comunidad a través de un espacio común: la roda, espacio de sorpresas, de abducciones de acuerdo a Rosalinda Pérez Falconi. De acuerdo con Pérez, las abducciones son “el modo de ser y de crear un lenguaje basado en la sorpresa y la libertad”. “En este sentido, la roda misma es un ejemplo de participación, de responsabilidad conjunta, de pertenencia a un todo: la energía de la roda sólo se mantiene si todos contribuyen a formar el círculo, a cantar, a aplaudir, a tocar…” Nosotros somos una gran comunidad de capoeira que trasciende fronteras, lenguas y que habla con un lenguaje propio que está basado en valores compartidos.
Hablando con M. Noa entendí que en este andar no estamos solos, ella me platicó sobre el trabajo que ellos han desarrollado en Israel y me parece que hemos significado la capoeira dibujando aristas que parecerían poco obvias. La hemos definido como arte (véase Pérez Falconi), parecerá poco, pero al hacerlo, se amplían sus posibilidades de interpretación: en México, ha permitido ejercer diferentes propuestas artístico-pedagógicas (Pérez Falconi, 2013); proyectos sociales para comunidades marginales (como el liderado por Adolfo Flores desde 2009); proyectos para niños con capacidades diferentes en Querétaro; ensayos filosóficos que posicionan a la capoeira como una herramienta en la sustentabilidad ambiental, así como desdoblamientos en diferentes tipos de artes escénicas, marcas de ropa, frentes de lucha política y empoderamiento de la mujer, entre otras. Los logros de Longe do Mar en nombre de la capoeira son vastos y heterogéneos. La capoeira aporta una lógica de pensamiento y nosotros la significamos en un sin número de líneas de acción.
Es un honor construir un futuro hecho de capoeira con ustedes mi querida comunidad. Así, Longe do mar, les agradezco a todos aquellos que dedicaron tiempo, esfuerzo y sobre todo amor, para conocer y hacer crecer la capoeira en México. Agradezco la valentía de asumirse como extranjeros; de buscar los fundamentos, guiados por grandes Mestres que apoyaron su trabajo; y de comprender la capoeira como un proceso vivo. Agradezco inmensamente el hacerme parte de una comunidad que se convirtió en mi familia y que hoy en día me acompaña a donde voy.
Estando en Brasil, lejos de Longe do Mar —donde he tenido la oportunidad de conocer el trabajo de Mestres maravillosos y de capoeiristas excepcionales— me hace llenarme de orgullo y admiración ver el camino recorrido por cada uno de los miembros de la comunidad capoeirística mexicana, ver sus logros dentro y fuera de este terreno y poder acompañarlos aunque sea en la distancia.
¡Axé!
1Con inclusiva me refiero a que permite el diálogo con otras propuestas de capoeira.
2Es decir, que presenta una unidad de manera tal que las partes no se excluyen entre sí, sino que las diferentes expresiones de la capoeira son parte de una misma propuesta.
3Me refiero aquí a la “Mata Atlántica de Brasil”, que posee características diferentes de la selva.
4Bhabha, Homie. Nación y narración: entre la ilusión de una identidad y las diferencias culturales, 1º ed. Siglo XXI Editores, 2010, Buenos Aires, Argentina.
5Ideas tomadas de una visita al Museo Afro-Brasileño de la Universidad Federal de Bahía.
6Así como otras expresiones que surgieron a la par como el Côco, jongo, samba, maracatú, maculelé, etc.
7Conferencia con CM. Rodrigo dos Santos Saber entrar e saber sair en “Liberdade de Pássaros- Uma Homenagem ao Mestre Angolinha”. Academia de M. Marrom, 20 de noviembre 2015, Río de Janeiro.
8Rosalinda Pérez Falconi. “La enseñanza de la capoeira como proceso artístico”. Tesis para obtener el grado de Licenciada en Educación Artística por la Escuela Superior de Artes de Yucatán, Abril, 2013, Ciudad de México, México.
9Véase, David Sebastian Contreras Islas, Na roda da Vida: un acercamiento a la capoeira como instrumento para el desarrollo social y la estructura de racionalidades alternativas. 2010, México.