Por: Eduardo Vargas (Baloo LDM)
En el mes de marzo del año 2015 comencé con un nuevo proyecto de trabajo en el estado de Sonora, en la localidad de Ciudad Obregón. Con las primeras personas que tuve el gusto de conocer e impartir aula de capoeira fue con el grupo de tercer grado del Jardín de Niños «Elena Torres Cuéllar» el cual está ubicado en el municipio de Bacúm, en el ejido Francisco Javier Mina.
A los niños se les impartía aula un día por semana en las instalaciones de su escuela; la capoeira en este lugar era totalmente desconocida, es por ello que al principio para los papás de estos niños resultaba un poco extraño lo que sus hijos estaban haciendo con una persona que quien sabe de dónde había salido jajaja (esa persona era yo). Con el paso de los días para los papás, lo extraño y desconocido se fue trasformando en algo novedoso y divertido para sus hijos, por lo cual un grupo de padres se interesaron y me hicieron la propuesta de dar aula para los niños del ejido fuera del horario escolar.
Los padres de la mayoría de los niños de este ejido, son personas que se dedican a trabajar el campo y por lo mismo se les dificulta el pagar actividades en una academia o simplemente trasladarse a estos lugares que están a más de una hora de camino tomando carretera y el costo del transporte es muy elevado. Yo acepté con muchísimo gusto la propuesta, ya que me pareció una magnífica idea el brindarles la oportunidad de conocer algo que para mí ha sido lo más maravilloso que es la capoeira.
Así, que después de aceptar la propuesta los padres de familia me ayudaron a conseguir un lugar en donde se pudieran impartir las aulas. El lugar fue proporcionado por las autoridades del ejido y con la ayuda de los padres de familia se puso la iluminación del lugar y consiguieron colchonetas para que los niños las aprovecharan, en estas instalaciones se siguen impartiendo las clases hasta la fecha.
Actualmente, tengo un grupo de ocho niños de los cuales algunos padres se unieron de manera activa a las aulas. Son clases mixtas o padres e hijos o como las quieran llamar llegando a ser diez u once integrantes de LDM Sonora.
Unos días después tuve la fortuna de conocer a una madre de familia, la cual se acercó un día al término de la clase y me comentó que ella tenía dos niños con autismo. Se trataba de dos jóvenes de alrededor de 13 y 14 años, la señora me preguntó que si la capoeira les serviría a sus hijos y que si podrían tomar clase. De inmediato se me vino a la mente el trabajo que unos años atrás había tenido de la mano de CM Rosalinda en una escuela incluyente en la cual se trabajaba con niños con capacidades diferentes, por lo cual mi repuesta de inmediato fue un rotundo «Por supuesto que ellos pueden tomar clase de capoeira»; hoy les ayuda mucho tanto a ellos como a la misma familia.
A la siguiente semana comencé a trabajar con estos jóvenes impartiéndoles clases en su domicilio durante unas semanas. La mamá estaba muy contenta con el trabajo y lo funcional que comenzó a ser ésta clase para sus hijos, por lo cual me puso en contacto con la directora del Centro de Atención Integral (CAI) el cual atiende a niños y jóvenes con capacidades diferentes (autismo, síndrome de Down, parálisis cerebral, etc.) en el cual desde hace ocho meses estoy trabajando con resultados notables en la vida de cada uno de los niños de esta institución. Por esta razón, fui invitado ser ponente en el tema de terapias alternativas en el mes del autismo llevado a cabo en las instalaciones del Palacio de Gobierno de Ciudad Obregón, Sonora.
Es por eso que tengo muy claro que no hay nada que nos limite a ser parte de este maravilloso arte de la capoeira.
Esto es un poco del trabajo que se está haciendo en el estado de Sonora por parte de capoeira LDM.
¡Axé!
Fotografía: Archivo LDM