San Luis Potosí, San Luis Potosí.
Por: Darío Rocha Castillo (Feijão LDM)
El ENC ha sido para mí un parteaguas para darme cuenta hasta donde quiero y puedo llegar. Cuando inicié en estas travesías de la capoeira, fue difícil ya que aquí en San Luis no había ni un grupo formado ni gente con la capacidad de enseñar, solo éramos amigos o conocidos intentando hacer cosas de videos. De ahí, que mis lesiones y frustraciones por practicarla aumentaron, pero cuando conocí a Sombra que venía del DF donde ya existía una cultura (joven) de la capoeira, fue cuando me enganché y comencé a ver mis capacidades y mejor aun cuando nos comenzó a hablar de un evento que se realizaba en México DF, pues me llamaba la atención que según Sombra asistía gente que veíamos en los pocos videos del chafa internet de ese tiempo (hace diez años).
Los pocos que formábamos el grupo en ese tiempo decidimos participar en ese nuestro primer evento grande de capoeira, el 9 ENC. Salir con tu bandita de viaje (sea el ambiente que sea) siempre es fenomenal… el hospedaje no fue dificultad ya que íbamos con Sombra a quien ya conocíamos, pero el levantarte temprano para ir por la primer vitamina del día una TORTA DE TAMAL, uff…
De ahí, llegar al lugar donde iban a ser nuestras primeras clases de capoeira, claro las primeras con gente extraña, y cuál fue la sorpresa que jamás sentí que fuéramos extraños… Siempre fuimos recibidos con una energía agradable, haciéndome sentir que era mi espacio, señores extraños, porque ni siquiera sabía cómo se les debía llamar, no sabía que existían Professores, Contramestres o Mestres… hablando en portugués (Sí sabía que idioma era jejeje…) a los que no les entendía ni J, pero que más de que lo que explicaban con la voz lo expresaban con el cuerpo y es ahí donde ya lograba entender: “¡Wow qué maravilla! Estoy aprendiendo otro idioma y me lo explican con el cuerpo”.
Lo que alguna vez nos dijo Sombra de: “Conocerán a ese señor que canta fregón de las canciones que les enseño (M. Suassuna)”, fue una experiencia increíble. La sensación de piel de gallina al escucharlo cantar en vivo fue inolvidable, ver que un señor de setenta años haciendo una meia lua de compasso, mucho más efectiva y rápida de lo que yo a mis 23 años no podía… fue motivante.
Otra sensación fue que sin darme cuenta estaba yo siendo batizado, no entendía mucho el desarrollo de esa ceremonia especial, quizá por los nervios, pero al fin entré a esa roda con un señor corpulento de dos metros de altura que parecía que me iba a romper los huesos con su patadas… Casi lo logra con esa rasteira jajaja… Claro que cuando mis amigos me platicaron como lo vieron ellos de afuera fue: “Ni te tocó y te aventaste al piso.” Opps, jajaja…
No he podido participar en todos los eventos realizados por LDM, por situación familiares, económicas, etcétera, pero cada vez que un compañero va y regresa trato de platicar con él para vivir un poco a través de su experiencia y así llenarme más de ganas para participar en el próximo.
Cuando participo es: ENCUENTRO nuevas experiencias, ENCUENTRO nuevos amigos, me reENCUENTRO con amistades, ENCUENTRO conocimiento nuevo y también ENCUENTRO una que otra lesión que no sabía que podía llegar a tener, pero esos ya son achaques de la edad jajaja…
Siempre hay algo nuevo que vivir en un ENC, no he dejado de sentir las mismas cosas desde aquel mi primer ENC, los nervios de una roda, la emoción de una clase, la piel de gallina por la música en vivo, la alegría de las fiestas… Sé que hay infinidad de grupos de capoeira en México y no dudo que hagan eventos grandes, masivos y espectaculares, pero lo que ENCUENTRO en el ENC, no creo sentirlo ni vivirlo de la misma manera…
¡Axé!
Foto: Pupe Pierdant