Por: Ángel LDM
Hace nueve meses comencé a practicar capoeira, siempre quise hacerlo puesto que me llamaba la atención ver a dos personas atacándose con movimientos rápidos y fuertes y mejor aún esquivándolos de una manera sorprendente. Nunca supe dónde podía practicarlo y mucho menos pensé que se enseñara en estudios o academias…
Estos meses han sido de grandes aprendizajes y descubrimientos, la capoeira ha sido para mí una especie de caja de pandora, que después de abrirla me ha sorprendido con todo lo que traía y traerá. Lo que he ido descubriendo es que no es sólo una serie de ataques y defensas… sino que hay música, teatralidad, arte y toda una cultura por conocer y al mismo tiempo que existen decenas de grupos dedicados a practicarla y desarrollarla aquí en México.
He tenido la suerte de llegar a uno de los grupos de capoeira en México que a mi parecer es uno de los más grandes en el país, no sólo me refiero al tamaño y estructura, si no también a sus metodologías en general; me atrevo a decir esto a pesar del poco tiempo que llevo en el mundo de la capoeira.
A escasos días de haber regresado de la visita de los Mestres Ferradura e Itapua Beiramar en Morelia, me di cuenta de que en Longe do Mar se realiza un buen trabajo de metodologías, técnicas y conciencia. Esto me sorprende puesto que creí que cosas como el calentamiento, estiramiento y hasta la clase musical eran cosas que se trabajan de origen en una clase de capoeira, disciplina que como en cualquier otra debe contar con un sistema a favor de los practicantes. Y justo es lo que M. Ferradura y M Itapua Beiramar nos dejaron: unas fantásticas metodologías infantiles y de conciencia corporal; la estructura de un calentamiento y estiramiento como partes de la práctica diaria y sobre todo la conciencia de que la capoeira es una sola y nadie tiene la verdad absoluta
El viaje a Morelia no sólo me dejo con un gran sabor de boca por la convivencia y el compromiso de todos los asistentes; me mostró también que la capoeira es una gran familia en la que no importa en que estado vivas, en que grupo entrenes o que tipo de capoeira hagas, todos somos una familia y todos debemos jalar parejo y para el mismo lado. Éste viaje me mostró cuánto me gusta practicar este bello arte, que aún hay mucho por hacer y qué estoy con un grupo con las mejores personas, para poder desarrollarme y desarrollar la capoeira como arte, disciplina y conciencia.
¡Gracias Longe do Mar!
Foto: Ana Roiz