Por: Juanjo González Tartaruga LDM
Vou pedalando pelo mundo eu vou, a capoeira foi quem me chamou
Vou pedalando pelo mundo eu vou, a capoeira foi quem me levou.
Pneus de bike ao sabor do vento,
não tenho pressa mas não perco tempo,
a capoeira me ensinou.
A capoeira foi quem me criou, me deu o norte nesse meu caminho,
me deu a sorte de não andar sozinho, levou comigo um berimbau maneiro,
patuá benzido, forte e mandingueiro.
Pneus de bike em direção ao norte,
vento da vida me leva ligeiro.
O leva eu, o leva eu camará, berimbau maneiro é meu companheiro no meu caminhar!
Mestre Acordeon – Versión B2B
Septiembre 2014
Fotografía: Juanjo González Tartaruga LDM
El día que monté mi bicicleta, saliendo del estudio de capoeira que me acogió como hogar por siete años en México para rodar casi 9,000 km. durante nueve meses acompañando a M. Acordeon y su proyecto B2B Joga Capoeira, sentí miedo, inseguridad, emoción y todas esas cosas que hacen tambalear al corazón cuando te atreves a hacer algo por primera vez. Desde entonces, cada día se trató de vencer el miedo a las peligrosas carreteras, a las rodas de capoeira llenas de rápidos y diestros capoeiristas, a compartir con personas diferentes y a ser parte de un proyecto de una envergadura descomunal; al mismo tiempo, miedo a errar y no poder dar solución a oportunidades que nunca había tenido. Miedo a no ser suficiente. Pero sobre todo, miedo a mi mismo.
Tener un trabajo estable (y hasta deseable), disfrutar la normalidad idealizada y vivir bien dentro de la zona confort es super conveniente. Es casi un hecho que caerás en la cotidianidad y la rutina que quizá hacen más difícil encontrar la simpleza de la vida. ¿Qué irónico no? Y es hasta que sales de esa zona en la que crees que todo está bien, cuando te das cuenta que puede estar mejor. Tu visión se amplía y es más simple hacer de la vida algo enriquecedor.
Se va aprendiendo que tanto el miedo, el enojo, la envidia, la intolerancia, así como el valor, la alegría y el gusto por compartir (entre otras muchas) son emociones hermosas y dignas de formar parte de ti porque te hacen sentir vivo; porque te hacen existir. Deseo no dejar de aprenderlo.
Abrir la mente a estas emociones y experiencias acompañado de gente desconocida es de las mejores formas para entender que también nos unen las cosas que no tenemos en común. Que la diversidad enriquece, que las diferencias de opinión también son una alternativa a esa visión hermética que tenemos de la realidad y te permiten aprender que es correcto no estar de acuerdo si practicas el respeto y la empatía.
Hoy que intento hacer de la capoeira una forma de vida, no dejan de dar vuelta por mi cabeza las tan repetidas y sabias palabras de M. Pastinha en las que se refiere a ella como «todo lo que la boca come» y así entender que cada cosa que entra en mi sistema es esa misma capoeira que debe de ser disfrutada, vivida y aprovechada al máximo. Incluso las que podrían hacerme daño, que es cuando decir lo que no te mata, te hace más fuerte queda como anillo al dedo.
Cada una de las personas que estuvieron en esta jornada tiene un sueño, y no es necesario conocer a fondo todos esos sueños para crear una realidad a partir de ellos en la que es posible lograr la armonía necesaria para cumplirlos a partir de la guía inspiradora de un Mestre de capoeira.
Un Mestre que logró involucrarnos en cumplir un objetivo en donde está puesto no solo toda su sabiduría, sino también su corazón. El diablo sabe más por viejo, que por diablo y cuando un «viejo» tiene el alma tan joven como M. Acordeon es más fácil conjugar su capacidad para ser un gran mentor con la complicidad de un amigo que quiere crear algo contigo.
Gracias a él entendí que las cosas que no cambian, que no evolucionan, se disuelven y tienden a desaparecer.
Que hay oportunidades que solo se presentan una vez en la vida y hay que hacer todo lo posible por tomarlas con consciencia e inteligencia.
Que la vida es tan corta como todo el camino que recorrimos desde nuestro punto de partida y hasta donde cada uno de nosotros quiera llegar, ya sea un lugar, un objetivo y hasta algo efímero pero significativo como un sueño. Que los sueños pueden hacerse realidad y que en la gran mayoría de las ocasiones es más fácil lograrlo en compañía de alguien.
Que detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer y que es todavía más grande cuando este hombre la pone a su lado o delante de él.
Fotografía: Lina Tobón Prof. Cafeína (Oficina de Capoeira)
Que la capoeira no solo es una lucha o un deporte, una expresión cultural o una forma de arte. La capoeira también es un fenómeno social que crea comunidades y que «es la conjugación de todos y cada uno de los que la practican colectivamente». Que esta colectividad puede viajar representada en un pequeño grupo de diecitantos ciclistas recorriendo una gran parte de América para conocer solo una pizca de algunos de esos conjuntos que conforman esta gran colectividad, que la interpretan y adoptan como una filosofía de vivir y por ende, la vida misma.
Que el hecho de que la única constante en tu vida sea la incertidumbre puede resultar muy adecuado para estar preparado en hacer planes y llegar a esas metas a las que creíste que nunca ibas a llegar. Que estar perdido o sin saber lo que va a pasar te ayuda a encontrarte a ti mismo y saber cómo actuar.
Pero sobre todas las cosas, que es la primera vez que termino algo significativo y real en mi vida únicamente para llegar a un final que da pie al principio de una nueva aventura que sigue siendo mi vida.
Ya no tengo miedo.
Fotografía: Mariano Wechsler Galán (UCA)
«La alegría de la vida viene de los encuentros con nuevas experiencias,
por lo tanto no hay alegría más grande que tener un horizonte que nunca deje de cambiar,
para tener cada día un sol nuevo y distinto.»
«La felicidad solo es real cuando se comparte.»
Chris McCandells
aka. Alexander Supertramp
Excelente nota Juanjo, conmovedora. Muchas gracias!