Una de las grandes emociones del encuentro es «tomarse la foto» con los invitados, el recuerdito de que alguna vez estuviste con alguno de esos mestres que hoy en día le dan un par de vueltas al mundo cada año, compartiendo con la gente mas joven lo que ellos aprendieron de los mestres legendarios que comenzaron a hacer crecer la capoeira por el mundo hace unos 60 años mas o menos.
Es uno de los rituales mas bonitos y mas extraños -a mi manera de ver- que se dan en esta clase de eventos.