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Por: Belén Ferreyra Meia Noite LDM
Cada uno de los que asistimos al curso que organizó Capoeira Longe do Mar con M. Toni Vargas tendremos nuestras propias opiniones acerca del mismo, a continuación quisiera compartirles cuáles fueron las mías, y me adelanto diciéndoles: M. Toni Vargas marcó mi incipiente camino como capoeirista. Desde el momento en que vi el cartel del evento– que por cierto me gustó muchísimo el diseño de Patuá– supe que era de esos cursos que no me podía perder; así que no dudé en ajustar mis cuentas y pagar la cuota, sin siquiera considerar que por las mismas fechas me sacarían las muelas del juicio o vendría mi hermana con mi sobrina de visita. Yo iba a estar en ese curso a como diera lugar.
¿Quién es Mestre Toni Vargas para mí?
Quiero mencionar, antes de hablar sobre mi experiencia del curso, cuál fue mi primer contacto con M. Toni Vargas. Si bien alguna vez había escuchado a mi Mestre y a mi Contramestra (Cigano y Rosalinda) cantar alguna de sus canciones en las clases y en las rodas, yo no tuve claro quién era este personaje (hace apenas dos años y medio que me enamoré de la capoeira) hasta que llevé el seminario “Historia de la capoeira a través de sus canciones”, que organiza Longe do Mar como parte del programa de educación continua. En este seminario, coordinado por M. Cigano y Prof. Biriba Branca, tuvimos que analizar la canción Dona Isabel y desde el principio quedé asombrada por la profundidad, sinceridad y coraje de su letra.
En esta canción Toni Vargas visibiliza y da crédito al esfuerzo de la población negra por ser los personajes principales de su propia libertad, en un proceso forjado por el sudor y la sangre de los mismos; y con esto, M. Toni Vargas se convierte en una suerte de traductor y vínculo, entre aquellas versiones académicas que cuentan la historia de la esclavitud de manera fragmentada y los descendientes de quienes la vivieron, que reciben– sin velos ni mentiras– la otra cara de la moneda. Es por ello que, antes de siquiera conocerlo en persona, yo ya respetaba y admiraba el trabajo de M. Toni Vargas.
Mi experiencia del curso
El curso comenzó con un acercamiento a África por medio de la danza, la palabra y el pensamiento; M. Toni Vargas nos acompañó con sus explicaciones en un viaje por los antepasados de la capoeira, por sus raíces Yorubás; y como quien invoca a sus santos, quienes ahí estuvimos, invocamos a África; la cantamos, la sentimos y la vibramos. Vibraba la voz melódica del poeta, filósofo y cantador, y vibraban nuestros pies y nuestras gargantas. En ese momento supe que estaba donde tenía que estar.
Durante todo el curso M. Toni Vargas habló -a veces con su voz, a veces con su mirada, a veces con sus movimientos– de las raíces de la capoeira, y de cómo ésta y la roda de capoeira son una especie de reflejo o representación del mundo y de las personas que lo habitamos; así como en nuestra vida cotidiana estamos en constante interacción e intercambio de energías e ideologías, en la roda de capoeira igual. Una de las enseñanzas que el curso de M. Toni Vargas me dejó es la consciencia de la narrativa que genera la capoeira y la importancia del diálogo en ella, incluyendo los componentes que lo caracterizan: la cercanía, la empatía y el respeto a la “palabra” del cuerpo y su dinámica pregunta-respuesta. Y esas cuestiones que parecen ser los pilares de su filosofía de capoeirista las supo compartir tanto con adultos como con niños; en el primer caso apelando al sentido de unión e identidad que genera el arte de la capoeira, y en el segundo atrapándolos en un recorrido con animales imaginarios capaces de realizar movimientos extraordinarios.
M. Toni Vargas hizo mucho énfasis en que la capoeira es ancestralidad, es lucha y es danza; es historia viva representada en sus canciones, comandadas por el berimbau o Urucungo (palabra Yorubá para referirse a dicho instrumento). La capoeira es identidad y la capoeira genera identidad; y lo es porque habla de una historia y un pasado que hace mucho tiempo atrás, desde un continente a otro, hombres y mujeres empezaron a forjar. Soy muy afortunada de haber podido participar en este curso, no sólo por las cuestiones técnicas que pude aprender o la convivencia con compañeros de otros grupos de capoeira en México, sino también porque le aportó sentido y profundidad a mi identidad que– gracias a los compañeros con quienes entreno, mi Mestre y mi Contramestra– estoy configurando como capoeirista.
¡Axé!
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¡Muchas gracias por la nota Belén!